Cada vez son más las personas que realizan un viaje de voluntariado al extranjero, aprovechan sus vacaciones o tiempo libre para viajar y a la vez apoyar a comunidades y personas que lo necesitan. Hay varias cosas que suelen pasar en en el proceso o etapas de planificar tu viaje de voluntariado y estas son:
Las ganas de realizar tu voluntariado
Este es el momento decisivo para dar ese paso de realizar tu viaje de voluntariado, pero se puede convertir en un momento muy estresante. ¿Porque? Sabes que puedes viajar, tienes claro el destino o país para realizar tu voluntariado, hasta el proyecto en el que quieres participar, pero aún no estás seguro de cuándo realizarlo.
En esta etapa de planificar tu viaje, es común escuchar “Un día de estos realizare mi viaje soñado”, pero pasa el tiempo y se va alejando el día para realizarlo.
La ilusión por tu viaje de voluntariado
Aquí buscas todas las fotos que puedes del destino de voluntariado elegido, los lugares que puedes visitar, lo que puedes comer, de la gente local y hasta te imaginas ahí.
Además tu viaje ya va teniendo más forma, posiblemente ya tengas las fechas decididas, vuelos, lugares concretos que no quieras dejar de ver, todos los días de tu viaje planificado.
La etapa de crisis antes del viaje
En estos momentos, ya lo tienes todo listo con respecto al viaje de voluntario, vuelos, proyecto de voluntariado, información que necesitas saber al llegar al destino. Pero de repente salen pendientes, cosas que te faltan por dejar listas antes de viajar, las últimas compras, el tipo de maleta. Es cuando sientes que todo se te ha juntado. pero tranquilo, todo se normaliza y lograr dejar todo ok antes de tu viaje.
El día del viaje de voluntariado
Después de tanto esperar y esperar, llega el día del viaje y de repente estás viviendo la semana más increíble. Es cuando sientes que todo está perfecto e inicia la aventura más esperada tu destino de voluntariado. Disfrutado lo más que puedas.
El regreso a casa tras tu voluntariado
El regreso a casa es sin duda es un momento lleno de emociones, sensaciones y de reflexión para pensar en lo vivido, además de asimilar las vivencias, momentos únicos, las anécdotas y cosas que no se borraran de tu mente nunca. También puede ser el momento de ilusionarse de nuevo e iniciar a planificar otro viaje solidario o iniciar un proyecto de vida.
Es un momento donde se aprovecha la energía, el impulso de la creatividad que surgen tras un viaje de voluntariado.
Lo más importante es no perder ni olvidar el espíritu viajero que tenemos todos.